martes, 19 de agosto de 2014

Fiambalá. Más mimos para la Morocha y charla con artesanos plateros


 
15-8-2014

Pasamos el tercer día en las termas, pensando cuándo terminaría semejante idilio.  Tengo decidido que mi próximo lugar de residencia será Fiambalá.  Voy avisando a mis familiares y amigos..

Como estamos sobre el fin de semana largo, y no nos agrada la horda humana en plena estampida, decidimos prepararnos para huir, para lo cual bajamos el convoy al estacionamiento de debajo del complejo, a que los turistas comenzarían a llegar desde temprano, acogotando el lugar donde hicimos campamento estos días, impidiéndonos salir hasta el lunes por la tarde.

Nos vino bien el cambio, ya que como estábamos un poquito más alejados, los zorros se acercaban a buscar comida en el silencio de la noche, permitiéndonos disfrutar de su inesperada compañía.

16-8-2014
  Amaneciendo en las termas.
 

Nos levantamos temprano para seguir nuestro camino hacia el norte, y al poner en marcha a la Morocha, vemos que no encienden las luces de posición ni de la chata ni de la casa rodante..  Fer revisa los fusibles cuatro veces, y todo andaba bien.  Parecía cosa de Mandinga:  si anoche antes de acostarnos andaba todo bien!  En fin, vamos a despedirnos de Don Catalino, pagarle el resto de la estadía, y preguntarle si conocía algún electricista en el pueblo (hoy es sábado!).  Nos mandó a uno, pero estuvimos golpeándole la puerta largo rato..  El hombre parecía tener el sueño pesado.. Ya eran las 10 hs, y decidimos no dejarnos estar.. buscamos nuevamente el mecánico que había soldado los soportes de los amortiguadores.. golpeamos su puerta, y nada, che…  Volvimos al primer electricista, de nuevo a golpear..  nada!  En esas vemos un par de hombres charlando cerca.. nos dicen: “siga golpeando que el hombre está!”… lo cual nos confirmó que el cristiano este sí tiene el sueño bien pesado.   Es que la noche anterior había habido una fiesta patronal en un pueblo vecino, y todos los amantes de las vides y de los cantos habían concurrido..   Claro!  Por eso no escuchaba la puerta… estaba durmiendo la mona!   No hay mal que por bien no venga..  si se hubiera despertado, en ese estado de resaca, no sé qué clase de trabajo nos hubiera hecho..

Fernando decide meter mano él mismo, pero antes pasamos por el taller de platería artesanal “Reserva india”, que está en la entrada del camino que va hacia las termas, taller que nos había llamado la atención días antes.  Me bajo, entro, y me atiende Susana, la artesana, que a mi petición de hacerle un reportaje para que nos cuente sobre su oficio, accede gustosamente.   Y no sólo eso, sino que nos ofrece también contactarnos con Doña Cruz, una vidalera de la zona, para que podamos charlar con ella y nos cuente su historia.  Nos parece increíble.  Quedamos en regresar a la hora de la siesta.  Ya nos íbamos cuando le preguntamos sobre un electricista, nos dice que conoce a uno en Tinogasta, lo llama por teléfono y nos arregla el encuentro. Allá vamos.. Luego de casi 50 km hasta Tinogasta, llegamos al taller de Hugo, que nos estaba esperando.  No nos olvidemos que ya eran las 15 hs de un sábado de feriado largo.  GRACIAS, HUGO, POR TU PREDISPOSICIÓN! 

Don Hugo pone manos a la obra, y mientras tanto, pispeamos en el taller… y qué vemos??  Un Hummer amarillo… Qué hará semejante bicho metido en un pequeño taller de electricidad en Tinogasta?  Busco mi cámara de fotos para retratar a la bestia, y como regalito para Juampi, que salió bien fierrero… no sé a quién.

En fin, nos enteramos que es una copia fiel hecha mitad de chapa y mitad de fibra de vidrio, pero excelentemente lograda por unos muchachos del pueblo, y que estaba en su taller para reparaciones de electricidad, obviamente.
 Hummer
En fin, Don Hugo encuentra rápidamente el problema:  era una ficha medio escondida y llena de barro la causante del problema.

A la hora acordada, estamos en la casa-taller-negocio de Susana y Fito, de RESERVA INDIA, que nos cuentan su historia de vida.  Ella, catamarqueña, y él cordooobés, coincidieron en el gusto por el trabajo con la plata, y en su flamante taller amablemente nos muestran el proceso de transformación del plateado metal hasta llegar a hermosas piezas de bijouterie.  Toda esta charla, que duró fácilmente unas cuatro horas, está plasmada en un casete de video que ya procesaremos para subirlo a Youtube.  Se los recomiendo.













 
Nos dejaron estacionar el convoy en el playón al lado de su casa, así que ahí pasamos la noche, arrullados por el sonido del río Abaucán.

GRACIAS SUSANA Y FITO, de RESERVA INDIA!

 

2 comentarios:

  1. Que hermoso lugar tienen estos artesanos plateros!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    Que hermosos objetos. Tengo que ver este lugar. Sigan recorriendo, besos

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  2. Si, es muy lindo y muy tranquilo. El lugar ideal para vivir. Besos!

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