Nos despedimos de la ciudad de Salta, y rumbeamos hacia Tartagal. Muchísimo calor, extenuante, insoportable.
Plantaciones de caña de azúcar y bananas
Vimos el cartel del Parque Nacional Calilegua, y decidimos conocerlo, pero antes, por las dudas no haya proveeduría allí, seguimos hasta el pueblo de Calilegua, donde compramos algo de fruta y verdura. Nos sorprendió que, siendo un pueblo tan pequeño y humilde, todas las casas tuvieran gruesas rejas... como pequeñas cárceles. Luego nos contarían que había mucho robo, principalmente llevados a cabo por los jóvenes que están borrachos y drogados...
Entramos al Parque Nacional Calilegua, siguiendo una muy mala señalización.. Las indicaciones no parecían las de un Parque Nacional.. y además, la entrada más bien parecía un descampado donde funcionase un basural.. ya nos llamó la atención. Vimos un cartel enoorme que decía "No hay proveeduría".. zafamos! Seguimos unos metros más y el camino se bifurcaba.. dudamos.. no había ningún cartel... A un costado, estaban sentados/tirados unos 4 hombres de muy mala traza, y bastante bebidos... Uno de ellos se nos avalanza pidiéndonos dinero para alcohol (...).. Aprovechamos y le preguntamos cuál es el camino de entrada al parque.. nos lo señala, y nos vuelve a pedir dinero para más tetra... Estoy a punto de decirle que no damos dinero para alcohol, cuando Fer se adelanta y le dá 2 pesos... "Si decidimos quedarnos a pasar la noche en el parque, es mejor tener a estos tipos de amigos y no de enemigos", es su refrán.
Nos vamos por el camino indicado, muy atentos a las "señales".. Estamos con bastante desconfianza, debo reconocerlo.. Seguimos un tramo.. insistimos en que este lugar no se parece a un Parque Nacional. El otro camino era el ingreso a un campo de Ledesma ( sí, el del azúcar).. y nos preguntamos... al lado de un parque nacional??
Avanzamos, comenzando a disfrutar de la exhuberante vegetación de las yungas y de su intensísimo perfume.. Nos hizo recordar al perfume del monte de Paraná de las Palmas, en primavera, con los siempreverdes y madreselvas florecidos.... hasta que vemos el cartel de Parque Nacional Calilegua.. ahí nos quedamos un poco más tranquilos. El borrachín nos había indicado bien, después de todo! más adelante encontramos un hombre pintando unas piedras de lo que parecía ser un estacionamiento. Preguntamos por el Guardaparques, nos dice que no está, y que él es el encargado... hmmmmmm... Le debemos creer, ya que tiene una cocarda identificatoria que dice "guía".. Nos busca unos folletos, y nos explica todas las caminatas que podemos hacer.. incluso nos dice que hay un camping donde podemos pasar la noche.. claro que estaríamos solos, ya que él se va a las 14 hs, el guardaparques no está, y no hay nadie visitando el parque... Hmmm... hace mucho calor, las caminatas propuestas por el guía no nos tientan, la verdad, con ese sopor y esa humedad, yo con ropa de invierno, y el sol que raja la tierra... Lo único que nos subyuga es ese perfume en el aire.....
Decidimos irnos. Algo no nos cierra.. algo nos dice que no podemos pasar la noche ahi, aunque el perfume... el canto de los pájaros.. la tupida vegetación... los innúmeros animales silvestres que tenemos para descubrir...... Pero no! Gana la intuición.. nos vamos.
Eran las 13.15 hs.. faltan 45 minutos para el que guía pintor se vaya. Vamos deshaciendo el camino hasta la entrada.. cuando pocos minutos después, nos cruzamos con unos hombres que iban caminando hacia el parque.. nos damos cuenta de que son los 4 hombres de la entrada... Ahí nos quedamos conformes con la decisión de irnos.
Pasamos la noche en Tartagal, en una estación YPF junto a camiones, decidiendo si seguir o cambiar de rumbo... El excesivo calor me descompone.
la Morocha con los camiones en Tartagal.
Luego de consultar informes meteorológicos, decidimos entrar a Bolivia por la R1. Para eso debemos desandar 170 kms y regresar al paso de Aguas Blancas/Bermejo. Es un incordio, a nadie le gusta ir para atrás, pero en la zona de Santa Cruz de la Sierra, a donde pensábamos ir, se esperan temperaturas de 38° o más...
Mañana será otro día. Eso sí: partiremos tempranito para aprovechar el fresco.
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